Una de las situaciones que está llamando la atención en la selección danesa es el mínimo papel que tiene la leyenda Mikkel Hansen en estos Juegos Olímpicos de Paris 2024, que suponen su retirada del balonmano profesional.

Lógicamente Mikkel Hansen está muy lejos de su mejor nivel, también en Aalborg su papel ha sido poco relevante, pero Nikolaj Jacobsen lo está utilizando solamente para lanzar los 7 metros y dirigir los ataques en superioridad. 

En siete partidos la leyenda danesa no llega a 60 minutos jugados, poco más de ocho de media por partido. Una situación extraña porque Dinamarca ha tenido partidos cómodos en el torneo, en los que Hansen podía haber dado relevos de calidad para que la primera línea descansara. Y más en una convocatoria de 14 jugadores como es la olímpica.

De hecho su papel fue importante en cuartos de final ante Suecia, en los pocos minutos que jugó al frente del 7 contra 6 convirtió un lanzamiento exterior en el tramo final de partido cuando más apretaban los suecos.

Otra situación complicada de entender en los planes de Nikolaj Jacobsen, que en los últimos campeonatos se está centrando en exceso en el papel de Simon Pytlick y Mathias Gidsel como generadores olvidando parte del potencial de la plantilla danesa.

A difierencia de Nikola Karabatic, al que se le ha visto muy justo en el plano físico, la capacidad de pase y lanzamiento de Hansen le convierten en una amenaza aunque juegue andando, si bien ha sido lo que hacho buen parte de su carrera el talento danés de 36 años.

 

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