El Mundial de balonmano de Egipto 2021 ha dado comienzo y varias selecciones parten como favoritas para alzarse con el trofeo en un torneo más abierto que de costumbre por las complicaciones del coronavirus. La selección española, que llega como vigente campeona de Europa, está en el grupo de los aspirantes al trono mundial.

 

Noruega

Una vez más Noruega comienza un torneo internacional como uno de los grandes favoritos a la victoria. Con Sander Sagosen a la cabeza demostrando que es el jugador de referencia en el balonmano mundial actualmente, el equipo noruego posee una mezcla de talento y juventud extraordinarios que les convierte en un equipo formidable con la ayuda de algún que otro veterano de lujo como Bjarte Myrhol.

Medalla de plata en los dos Mundiales anteriores (2017 contra Francia, 2019 contra Dinamarca). Noruega puede tener la presión añadida de ser la "eterna aspirante" que no acaba de culminar con victoria un gran torneo.

Mermados habitualmente por las lesiones en las grandes citas, en esta ocasión es el lateral derecho del Flensburg-Handewitt Magnus Rod el que se pierde el Mundial por problemas en la muñeca. Pese a ser una posición muy bien cubierta por otros jugadores como Tonnesen, Reinkind o Tangen, la presencia defensiva de Rod se echará mucho de menos en el equipo nórdico.

Otra baja que trastocará los esquemas defensivos de Christian Berge es la del pivote del Magdeburgo Magnus Gullerud por problemas de espalda, aunque no se descarta que se incorpore una vez iniciado el campeonato.

Dinamarca

La vigente campeona del mundo acude al Mundial de Egipto con la importantísima baja de Rasmus Lauge Schmidt, rotura de ligamentos, que genera ciertas dudas en cuanto al funcionamiento del equipo por el peso del jugador del Telekom Veszprem en ambas partes del campo.

Mikkel Hansen en la parcela ofensiva y Niklas Landin bajo palos volverán a ser las referencias del equipo dirigido por Nikolaj Jacobsen para sumar otra medalla al palmarés de la selección danesa que sigue siendo una de las favoritas a la victoria.

Además de Lauge Schmidt, la baja del pivote del PSG Handball Henrik Toft Hansen positivo por coronavirus ocasionará problemas en la solidez defensiva de Dinamarca.

El extremo izquierdo del Barcelona Casper Mortensen también es baja por lesión, si bien su posición está muy bien cubierta por Magnus Landin y la joven promesa Emil Jakobsen.

España

La selección española se presenta en el Mundial como doble campeona de Europa, con un equipo sólido y consolidado que llega al final de su ciclo con aspiraciones a todo. Este será sin duda el último Mundial para una grandísima generación de jugadores que dejarán la selección e incluso el balonmano (Raúl Entrerrios) después de los juegos de Tokio.

El equipo de Jordi Ribera se construye desde una defensa sólida y con muchas alternativas (excelente 6-0 y 5-1) y una portería de garantías que permiten desplegar un juego rápido que minimiza las carencias históricas de nuestra selección en en plano físico y lanzamiento exterior.

España repite el equipo campeón de Europa en 2020 a excepción del lesionado Julen Aginagalde, baja por problemas de espalda.

Croacia

El talento y la competitividad de la selección croata le permite estar sin duda en el grupo de favoritos a ganar el Mundial. Vigente subcampeones de Europa tras caer derrotados por España en el Europeo de 2020, los de Lino Cervar llegan con dudas por el estado físico de varios de sus jugadores.

La baja más relevante de Croacia es la del lateral derecho Luka Stepancic, clave en tareas ofensivas y defensivas para Cervar y sin un sustituto claro consolidado. El portero Marin Sego y el central igor Karacic han viajado a Egipto aunque no se espera que jueguen los primeros partidos por problemas de rodilla y pubis respectivamente.

Su gran estrella Domagoj Duvnjak llega algo justo físicamente tras superar el coronavirus en diciembre y la Final Four hace apenas dos semanas en la que se proclamó campeón con el THW Kiel. El central del Barcelona Luka Cindric también ha tenido descanso en la preparación para llegar mejor físicamente.

Pese a todo, la calidad de Croacia es incuestionable en todas las posiciones.

Francia

Aunque no llega en un buen momento y en su preparación ha dejado muchas dudas en su doble enfrentamiento ante Serbia, la extraordinaria calidad de la plantilla de Francia individualmente tiene que citarse entre los posibles favoritos.

El equipo dirigido por Guillaume Gille cuenta con la importante baja de Nikola Karabatic por lesión de rodilla, y del lateral del PSG Elohim Prandi por una lesión de hombro.

Desde la retirada de la vieja guardia que tantos éxitos cosechó la pasada década (Bertrand Gille, Thierry Omeyer, Daniel Narcisse, Jerome Fernandez etc.) Francia no ha encontrado solidez en un relevo generacional plagado de estrellas pero que no está consiguiendo sumar como bloque. La dependencia de un veterano como Karabatic mostrada hasta ahora es un buen ejemplo de ello.

La portería y la posición de central parecen a priori los puestos que más dudas generan. Desde la retirada de Omeyer Francia no tiene a un portero realmente determinante. En esta ocasión a Vincent Gerard le acompañarán su compañero Yann Genty y Wesley Pardin.

A nivel ofensivo la dirección de juego sigue sin encontrar su rumbo. En ausencia de Karabatic el peso recae en Kentin Mahé, que no llega en su mejor momento de forma y Nicolas Claire. Los laterales Nedim Remili y Melvyn Richardson también ayudarán en la dirección en una selección francesa en la que podría echarse en falta un perfil como el de Aymeric Minne, central del HBC Nantes.

Eslovenia

Quizás otorgarle el estatus de favorito sea demasiado para Eslovenia, pero la selección dirigida por el sueco Ljubomir Vranjes tiene una calidad incuestionable en su plantilla y viene de un meritorio cuarto puesto en el Europeo de 2020.

La calidad que atesora Eslovenia en la posición de central es única. Dean Bombac, Stas Skube, Miha Zarabec, Rok Ovnicek o Domen Makuc estarán a las órdenes de Vranjes para competir por el campeonato del mundo.

 

Alemania y Suecia llegan con muchas bajas. Portugal y Egipto pueden ser las sorpresas

Dos de las grandes potencias del balonmano europeo como Alemania y Suecia llegan al torneo con muchísimas bajas que les descartan en principio a los puestos de honor del campeonato.

El equipo germano cuenta con ausencias tan relevantes como Wiencek, Pekeler, Kohlbacher, Wiede o Weinhold entre otros, y el seleccionador Alfred Gislason aprovechará para probar nuevos jugadores en el torneo y dar minutos a nuevas caras como Juri Knorr, futuro jugador del Rhein-Neckar Löwen.

El potencial de Alemania les permite llevar una selección competitiva al torneo pero lejos de optar a las medallas a priori.

Parecido es el caso de Suecia, entre renuncias, lesiones y bajas por coronavirus el equipo sueco se presenta en Egipto sin Andreas Nilsson, Mikael Appelgren, Niclas Ekberg o Albin Lagergren y con una decena de debutantes en torneos internacionales.

La otra cara de la moneda la representan Portugal y Egipto. La selección lusa está en claro crecimiento desde que irrumpiera en el pasado Europeo de balonmano gracias a una generación muy talentosa de jóvenes que complemente a Gilberto Duarte, Rui Silva etc. No parece que tengan todavía la madurez de optar al campeonato, pero están en todas las quinielas para ser la revelación del torneo.

En caso de Egipto es similar al de Portugal, el país africano posee una nueva generación de jugadores pujante liderada por nuevos talentos como Yahia Omar, El-Deraa o Walid Kaddah que pueden meterse en la zona noble del campeonato. En su contra está el ser anfitrión del torneo pero no contar con el empuje del público.

Otro de los que se espera que crezca es Brasil, pero las lesiones y bajas de última por coronavirus ponen en cuestión sus objetivos para este torneo.